¿Sabías que las papillas no son la única opción para alimentar a tu hijo? ¿Se te ha ocurrido alguna vez poner comida al alcance del bebé y que él vaya decidiendo qué comer? ¿Quieres saber mas sobre esta nueva técnica que está dando tan buenos resultados? Esta semana en Food Green Mood, hablamos de alimentación infantil.

Hace unos dos años aproximadamente apareció un estudio en la BMJ Open (Revista Médica Británica) que hablaba del momento en que los niños empiezan a comer alimentos sólidos y en el que recomendaban hacerlo de una forma muy innovadora (o no tanto, porque existe otro estudio de 1939 que ya lo demostró): dejándolos a ellos comer solos y que fueran eligiendo los alimentos por si mismos (con supervisión adulta pero sin intervención).

Un bebé se alimenta exclusivamente de leche materna o de fórmula, durante los 6 primeros meses de vida (según recomendaciones de la OMS) y a partir de ese momento (es decir a pasados los 6 meses), se combina la alimentación complementaria con la lactancia.

Este es un momento muy especial, ya que aquí comienza su aventura con los alimentos. Es de vital importancia que en este momento no haya llantos ni stress, ya que su vivencia contribuirá a establecer su relación futura con la comida

Según los investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) esta libertad de elección no sólo tendrá un impacto positivo en la formación de hábitos sanos de alimentación (y conductas alimentarias perjudiciales), sino que además protegerá al niño de una futura obesidad o sobrepeso.

Papilla vs comida sólida

En el estudio se siguieron durante años a niños que inicialmente fueron alimentados con papillas por sus padres y a niños a los que se les permitió alimentarse solos (con las manos) alimentos variados de todos los grupos. Los científicos encontraron que los niños que se alimentaron solos, solían comer más carbohidratos que los niños alimentados con papillas (dato curioso porque los niños necesitan mas carbohidratos que los adultos e instintivamente ellos los elegían por si solos).

De hecho los alimentos favoritos de estos niños eran los carbohidratos (arroz, pan, pasta…) y sin embargo los alimentos favoritos de los niños alimentados con papillas eran los dulces. Algo sorprendente, o no tanto, si tenemos en cuenta que al necesitar carbohidratos en su dieta de manera natural (y no consumir tantos como los otros niños) su cuerpo les pedía azúcares. La doctora Ellen Townsend, quien dirigió el estudio, afirmó:

“Nuestros resultados sugieren que los niños que se destetan con un enfoque de alimentarse solos por elección propia, aprenden a regular su consumo de alimentos, lo que les conduce a un menor IMC (índice de masa corporal) y a una preferencia por los alimentos sanos, como carbohidratos”

A la vista de estos estudios y entendiendo que la meta final de sentarse con un niño a comer es que acabe comiendo solo con el resto de la familia (y lo mismo que el resto de la familia), ¿porque no intentarlo desde el principio aprovechando su naturaleza instintiva, de querer llevárselo todo a la boca? La afirmación de: “es que así se ha hecho siempre”, no tiene ningún aval científico y quizás permitir que el niño elija (dentro de unas opciones que nosotros ofrecemos y también comemos, no sea tan mala idea.